CUBA POR DENTRO

   

La Casa de Diego Velázquez

JESÚS RISQUET BUENO

29 de noviembre

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La Casa de Diego Velázquez, localizada en una de las esquinas del histórico Parque Céspedes, en Santiago de Cuba, es la antiquísima residencia del adelantado Don Diego Velázquez, en la Isla de Cuba.

Allí en la ciudad de Santiago de Cuba, fundada en el año 1514, la cual fuera villa hasta 1518 que obtuvo el título de ciudad y posteriormente las armas de su escudo, con la inscripción de "muy noble y muy leal" como reconocimiento a sus moradores que rechazaban los ataques de corsarios y piratas, la edificación es conocida por todos como la Casa de Diego Velázquez.

Fue Santiago nuestra capital hasta 1596 y en ella habitaron personalidades históricas como Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Pedro de Alvarado y Juan Ponce de León.

En la planta baja del inmueble, el fundador de la ciudad estableció sus oficinas mientras que en la planta alta estaba su residencia. Funcionó como casa de contratación y fundición de oro y plata también en la planta baja.

La casa es considerada la construcción española de su tipo, conservada, más antigua de toda la América Latina, por lo que representa una valiosa muestra de la arquitectura colonial, ya que con seguridad fue construida entre los años 1516 y 1530.

Presenta en su estructura notables elementos arquitectónicos y decorativos característicos del arte mudéjar, incluye techos decorados con maderas preciosas, el artesonado y las elaboradas celosías de las balaustradas en los balcones, también de estilo mudéjar, principalmente bordeando el patio interior. Es por ello que el inmueble, sede del primer gobierno de la Isla, es de un elevado valor patrimonial a la vez que atesora diversos muebles de la época colonial. Entre sus elementos originales, de acentuada influencia morisca, se encuentran las paredes, algunas puertas, el horno de fundición y algunas pinturas murales en sus paredes con sócalos, parecidas a las que aparecen en los conventos mexicanos del siglo XVI. Los techos de la planta baja son puros alfarjes moriscos, únicos en el acervo de las techumbres criollas,

Antes del Triunfo de la Revolución se quiso demolerla, a pesar de haber sido declarada Monumento Nacional. Por ese entonces se celebraba en España un Congreso donde se mencionó la casa como la más antigua de Cuba y entre las más antiguas de América Latina. Gracias al esfuerzo del historiador Nemecio Lavie, se pudo evitar su demolición.

Tras una cuidadosa restauración y rescate de esta joya arquitectónica morisca, fue convertida en el Museo de Ambiente Histórico Cubano, destinado a revivir el ambiente colonial de la vivienda cubana, se inauguró el 30 de noviembre de 1970; pero también se le identifica como el Museo de Arte Colonial, porque su abarcadora muestra incluye numerosos objetos de los siglos XVI y de la segunda mitad del XIX que guardan estrecha relación con la forma en que vivían los conquistadores y moradores en general de la Isla y toda la América Hispana. Fueron restaurados los muros interiores y exteriores de las dos plantas, así como los techos primitivos.

Podemos encontrar en muy buen estado expuestas para disfrute y apreciación del público, cerámicas de uso ornamental y doméstico, cofres, armas de distintas épocas y materiales, tapices importados por los peninsulares y de creación nativa, escudos, espejos y otras piezas interesantes.

Hay quienes han bautizado esta la casa como el Museo del Mueble, ello está motivado por la amplia muestra del mobiliario que allí se expone, donde se da a conocer, en un orden cronológico, la historia del mueble cubano y por la riqueza histórica de los objetos que están en sus muestras.

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